domingo, diciembre 03, 2006

Poma, el Concepto de Santuario y su Promoción (2006)

En las últimas semanas noticias provenientes de la Reserva Nacional Ecológica de Poma nos demuestran lo delicado que puede ser un área que tiene un estatus de santuario cultural y ecológico: revelan cómo la ecología y los restos monumentales son dos patrimonios estrechamente ligados en la preservación de un área de santuario que, por supuesto, está en constante riesgo de depredación. En Poma ocurre la tala ilegal del bosque de algarrobo (quizás el último en la costa), en cuyos parajes se encuentran decenas de pirámides de la sociedad Sicán, lugar de importantes descubrimientos arqueológicos. Algarrobos y huacas y la flora y fauna que viven entre ellos son un complejo patrimonial que hay que preservar. Uno depende del otro. Uno necesita tanta atención como el otro; ambos la requieren, porque juntos forman un sistema de una riqueza incalculable en la región de Lambayeque.

Es por ello que quiero recalcar la importancia de la foto del presidente García y la directora del INC, Dra. Bákula (publicada en El Peruano, 22/11/06, y que reproduzco aquí como parte introductoria a este artículo) cuando visitaron las excavaciones que se realizan en la explanada del Recinto Sicán frente a la Huaca Loro. En ella, ambos sostienen el tumi encontrado en las excavaciones bajo la sombra de un algarrobo, la otra riqueza del lugar, aquella que no se promocionó ese día. Durante la visita se comprometieron, muy políticamente, a apoyar las labores del proyecto arqueológico. Pero este no es el proyecto que necesita apoyo: los arqueólogos Izumi Shimada y Carlos Elera han tenido una excelente gestión desde hace 25 años: en las labores arqueológicas, en su visión al iniciar el proceso para crear el santuario ecológico de Poma, en la construcción del Museo Sicán en Ferreñafe y en buscar incluir estos importantes recursos en el circuito turístico de Lambayeque. Esta última, según el número de visitantes al museo, algo menos exitosa. Pero la capacidad de los arqueólogos tiene un límite. Estos no pueden encargarse de controlar problemas de invasiones y de tala de algarrobos en el área del santuario. Ni ciertamente de planear políticas turísticas de carácter regional y no local (en el caso de Lambayeque, se trata de diversificar el “imán” que significa el Museo de la Tumbas Reales de Sipán).

La visita se realizó porque es el primer Tumi, cuchillo ceremonial en la sociedad Sicán, que se encuentra en una tumba excavada por los especialistas. No porque fuera la primera tumba excavada por Shimada y Elera en el sitio pues una gran tumba se excavó hace algunos años (y puede ser visitada en el Museo Sicán de Ferreñafe). Gracias a la cuidadosa excavación se percibe las ventajas de la labor arqueológica (un huaquero hubiera vendido la pieza tal cual). Como se aprecia en la foto, es un ejemplar pequeño, incompleto, en condiciones visiblemente deterioradas. Pero la pieza tiene el potencial de ser conservada, limpiada para eliminar el oxido y revelar el color dorado que la caracterizaba, e inclusive ser restaurada con las pequeñas piezas que se pudo recuperar en su alrededor y que probablemente la decoraban al momento del entierro. De hecho, en términos estéticos, es una pieza modesta comparada al famoso tumi de Illimo supuestamente saqueado en la Huaca las Ventanas, al frente de la Huaca Loro, y comprada por J.C. Tello a sus saqueadores en los años veinte. Tristemente, este tumi, icono del patrimonio del país, fue robado y destruido en 1982. Pero en términos científicos es un extraordinario descubrimiento.

Lo que García y Bákula deben apoyar con firmeza, como corresponde a funcionarios capaces de manejar los problemas a una mayor escala y con los recursos humanos y financieros del estado, es, primero, el establecimiento de drásticas medidas para preservar el santuario intacto, sin invasiones, sin rapiña: la mejora de la seguridad y el cuidado del conjunto del santuario de Poma y sus riquezas, cuya potestad se extralimita a las buenas intenciones de los arqueólogos. En este caso, árboles y monumentos son simbióticos: la presencia del bosque ayuda a mantener los monumentos en su estado original, los trabajos en los monumentos promueven el conocimiento del bosque: unidos son la esencia de este patrimonio.

En segundo lugar, el santuario de Poma debe ser realzado en los discursos políticos (y con el apoyo logístico y financiero que le debería seguir) como un recurso importante del polo de desarrollo turístico de Lambayeque. Lamentablemente, en los últimos años, por razones incomprensibles a los promotores del turismo, y si bien aumentar el turismo era una prioridad, el apoyo financiero del gobierno se dirigió a sitios lejanos y aislados como Choquequirao que no podían fungir de polos para atraer turistas.

Debería existir una coordinación más formal entre funcionarios nacionales (INC y PromPerú) y regionales, directores de museos y especialistas en gestión turística para crear un plan atractivo (por ejemplo, el concepto de boleto combinado usado en el Cusco podría ser un excelente “anzuelo” para profundizar las visitas en la región). Con los excelentes recursos de museos y sitio arqueológicos en Lambayeque, que sin duda requieren de tres o cuatro días de exploración, ¿por qué no ha habido un despegue en el turismo local y extranjero en la región? ¿Por qué las cifras de visitas son tan modestas? ¿Es acaso la diversidad del patrimonio cultural de Perú víctima de la popularidad de algunos de sus monumentos más conocidos? ¿Acaso paquetes promocionales con descuentos sobre todo los servicios no atraerían a los turistas más entusiastas? Por último, tantas son las ramificaciones del turismo que estas incluyen un mejoramiento económico para varios sectores de la población, quienes sabiendo el valor que tiene el patrimonio para su economía serán los mejores vigilantes del patrimonio.

El turismo masivo acarrea problemas como se ha visto en aquel monumento muy atractivo de nuestro patrimonio. Lambayeque, sin embargo, tiene espacio para un gran flujo de turistas que, bien manejados en la región, podrían turnarse en la visita a los tres museos urbanos (Brüning, Tumbas reales y Sicán, todos ellos construidos y renovados en los últimos cinco años), dos museos de sitio (Sipán, Túcume), tres grandes sitios con recorrido (Sicán Túcume y Sicán), y otros tantos accesibles a las visita de los más curiosos; además el mar y los atractivos balnearios costeños.

Por lo tanto, esperemos que este último descubrimiento, en tiempos de nuevo gobierno, pueda ser finalmente el momento del despegue de una política turística racional y orgánica, que perciba con acuidad el potencial de las regiones donde los arqueólogos vienen revelando monumentos y artefactos de las antiguas sociedades andinas para provecho de las sociedades de hoy, y lógicamente, sus aspiraciones académicas.

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2 Comentarios:

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En Poma ocurre la tala ilegal del bosque de algarrobo (quizás el último en la costa), en cuyos parajes se encuentran decenas de pirámides de la sociedad Sicán, lugar de importantes descubrimientos arqueológicos.

5:03 p.m.  

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